Con Plástico
Se Encuentran Microplásticos En El Agua Embotellada De Todo El Mundo
Un Informe De Investigación Realizado Por: Chris Tyree, Periodista, Email, y Dan Morrison, Periodista, Email
PEDAZOS DE PLÁSTICO MICROSCÓPICOS Y FLUORESCENTES SE ARREMOLINAN EN UNA BOTELLA DE AGUA DURANTE UN ANÁLISIS EN LA UNIVERSIDAD ESTATAL DE NUEVA YORK EN FREDONIA.
La marca de mercurio sobrepasa los 30 grados centígrados la mayoría de los días en la mundialmente famosa Playa Copacabana de Brasil.
Marcio Silva ha caminado kilómetros y kilómetros aquí vendiendo agua embotellada de una nevera por igual a los locales amantes del sol y a los turistas quemados por el sol; medio litro práctico que refresca y protege en contra de la deshidratación.
“Tomo agua porque el agua es vida, el agua es salud, el agua lo es todo”, dice Silvia, que tiene 51 años de edad. “La tomo y la vendo a otras personas”.
“No quiero vender algo malo a la gente”.
El agua se ve clara, limpia, inmaculada. Y la botella también. Para algunos, es un envase práctico; para otros, es una protección en contra del agua del grifo sucia o no apta para el consumo.
El agua embotellada se promociona como la esencia misma de la pureza. Es el mercado de bebidas de más rápido crecimiento en el mundo, valorado en 147 mil millones(1) de dólares norteamericanos al año.
Sin embargo, según una nueva investigación de Orb Media, una organización de periodismo sin fines de lucro con sede en Washington, D.C., una sola botella puede contener galaxias de partículas microscópicas de plástico.
Los análisis de más de 250 botellas de 11 marcas revelan contaminación de plástico, que incluye el polipropileno, el nailon y el tereftalato de polietileno (PET).
Cuando los periodistas se pusieron en contacto con dos de las marcas líderes, confirmaron que sus productos contienen microplástico, pero dijeron que el estudio de Orb exagera de manera significativa la cantidad.
En el caso de las partículas de plástico de un rango de 100 micras o 0.10 milímetros de tamaño, los análisis realizados por Orb en la Universidad Estatal de Nueva York revelaron un promedio mundial de 10.4 partículas de plástico por litro. Se confirmó que estas partículas eran de plástico al utilizar un microscopio infrarrojo estándar industrial.
Además, los análisis mostraron un número mucho más grande de partículas incluso más pequeñas que los investigadores indicaron que probablemente eran plástico. El promedio mundial de estas partículas fue de 314.6 por litro.
“Es desalentador, o sea, es triste”, dice Peggy Apter, inversionista inmobiliaria en Carmel, Indiana. “Es decir, ¿a qué hemos llegado en este mundo? ¿Por qué es tan difícil conseguir agua limpia y pura?”
LE PREGUNTAMOS A USTED
Algunas de las botellas que analizamos tenían tantas partículas que le pedimos a un ex astrofísico que utilizara su experiencia contando estrellas en el cielo para ayudarnos a contar estas constelaciones fluorescentes.
Los tamaños abarcaron del ancho de un cabello humano hasta el tamaño de un glóbulo rojo humano. Algunas botellas tenían miles; unas pocas efectivamente no tenían nada de plástico.
Una botella tenía una concentración de más de 10,000 partículas por litro.
El agua embotellada evoca seguridad y comodidad en un mundo lleno de amenazas reales y supuestas a la salud personal y pública.
El agua potable envasada es un sustento para muchas de las 2 mil 100 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a agua potable del grifo.(2) El peligro es claro: alrededor de 4,000 niños mueren cada día por enfermedades transmitidas por el agua, según la Organización Mundial de la Salud.(3)
Los seres humanos necesitan aproximadamente dos litros de líquidos al día para mantenerse hidratados y saludables, e incluso más en regiones calurosas y áridas.
Los resultados de los análisis de Orb indican que una persona que toma una botella de agua al día podría estar consumiendo decenas de miles de partículas microplásticas cada año.
La forma en que esto podría afectar su salud y la de su familia sigue siendo una fuente de misterio.
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PROBANDO LAS AGUAS
Los fabricantes de agua embotellada subrayaron que sus productos cumplían con todos los requisitos gubernamentales.
Gerolsteiner, una embotelladora alemana, comentó que en sus análisis "han encontrado una cantidad significativamente menor de micropartículas por litro", que las que se encontraron en el estudio de Orb.
Nestlé analizó seis botellas de tres lugares después de una consulta de Orb Media. Esos análisis, comentó el Director de calidad de Nestlé, Frederic de Bruyene, presentaron entre cero y cinco partículas por litro.
Ninguna de las otras embotelladoras aceptó publicar los resultados de sus pruebas para detectar contaminación por plástico.
"Nos atenemos a la seguridad de nuestros productos de agua embotellada", comentó la Asociación Estadounidense de Bebidas en una declaración.
Anca Paduraru, vocera de inocuidad alimentaria de la Comisión Europea, comentó que aunque el microplástico no está regulado de forma directa en el agua embotellada, "la legislación deja en claro que no debe haber contaminantes". Los Estados Unidos no tienen reglas específicas para el microplástico en los alimentos y las bebidas.
Nuestro análisis de marcas importantes de agua embotellada de países en Asia, Europa, África y América, se realizó en el laboratorio de la Profesora Sherri Mason de la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia, cerca de la frontera canadiense en las heladas orillas del Lago Erie.
Los análisis de Mason pudieron registrar partículas microplásticas tan pequeñas como 6.5 micras, o bien 0.0065 milímetros.
El plástico invisible en el agua embotellada está oculto a simple vista.
Para mostrarlo, Mason y sus colegas utilizaron un colorante especial, un láser infrarrojo y una luz azul similar a aquella utilizada por los investigadores de las escenas del crímen.
Bajo una cabina de flujo de aire laminar que succiona y extrae polvo y partículas suspendidos en el aire, se le infundió a cada botella un colorante llamado rojo de Nilo, que se adhiere a los polímeros plásticos. Posteriormente, se vertió el agua con colorante a través de un filtro de fibra de vidrio.
Al ser observada por medio de un microscopio, bajo el rayo azul de la luz forense y con la ayuda de unas gafas anaranjadas, los residuos de cada botella brillaron con la fluorescencia color fuego de, en algunos casos, miles de partículas.
“Esto es muy significativo”, señaló Andrew Mayes, catedrático titular de química de la Universidad de East Anglia, quien desarrolló el método Rojo de Nilo. “He estudiado con cierto detalle las particularidades de la forma en que se realizó el trabajo, y considero que ha sido aplicado cuidadosa y adecuadamente, de la forma en que yo lo habría hecho en mi laboratorio”. El estudio no ha sido revisado por pares.
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EL PLÁSTICO EN NOSOTROS
Podría ser que el agua embotellada que usted incluyó en el almuerzo de su hijo esté llena de microplásticos.
¿Es hora de preocuparse? ¿Ha de alarmarse Marcio Silva, el vendedor de agua en Copacabana? La respuesta corta es que los científicos todavía no lo saben en realidad.
Según investigaciones científicas existentes, las partículas de plástico que usted consume en los alimentos o bebidas podrían interactuar con su cuerpo de varias formas.
Hasta un 90 por ciento de las partículas microplásticas consumidas podrían pasar por el intestino sin dejar impresión, según un informe de 2016 sobre el plástico en mariscos y pescados elaborado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
¿Y qué pasa con el diez por ciento restante?
Algunas partículas podrían incrustarse en la pared intestinal. Otras podrían ser absorbidas por tejido intestinal para viajar a través del sistema linfático del cuerpo. Las partículas de unas 110 micras de tamaño (0.11 milímetros) pueden entrar a la vena porta hepática, la cual lleva sangre de los intestinos, la vesícula, el páncreas y el bazo al hígado.
Se ha demostrado que las partículas más pequeñas, de unas 20 micras (0.02 milímetros) entran al flujo sanguíneo antes de incrustarse en los riñones y el hígado, según un informe de 2016 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura.
Según los investigadores, el noventa por ciento de las partículas plásticas que encontramos en nuestro análisis del agua embotellada fue de 100 a 6.5 micras; lo suficientemente pequeñas como para cruzar del intestino al cuerpo.
Sin embargo, se ha realizado muy poca investigación en cuanto a la frecuencia con la que esto puede ocurrir, o la carga que puede representar para la salud; una laguna de conocimientos que algunos investigadores consideran que en sí es motivo de preocupación.
Las partículas fluorescentes que fueron demasiado pequeñas para analizarlas por medio de FTIR han de llamarse "posible microplástico", comentó Andrew Mayes, profesor de química en la Universidad de East Anglia, porque "algunas de estas pueden ser de otra substancia desconocida a la cual se adhirió el rojo de Nilo". Mayes desarrolló el método rojo de Nilo para identificar el microplástico.
De Bruyne, de Nestlé, mencionó que los análisis de la profesora Mason no incluían un paso en el que se quitan las sustancias biológicas de la muestra. Por lo tanto, dijo, algunas de las partículas fluorescentes podrían ser falsos positivos: material natural que también pintó el rojo de Nilo. No especificó lo que sería ese material.
La profesora Mason mencionó que el famoso "paso de digestión" se utiliza en muestras del océano o de la orilla del mar llenas de restos, y que no era necesario en el caso del agua embotellada. "Desde luego, ¿no estarán sugiriendo que es probable que el agua impoluta, filtrada y pura tenga madera, algas o quitina [el caparazón de los camarones]?", comentó.
Algunos investigadores dicen que consumir microplásticos en alimentos y agua podría no ser un asunto grave.
“En función de lo que sabemos hasta el momento con respecto a la toxicidad de los microplásticos, siendo nuestros conocimientos muy limitados al respecto, diría que no es motivo de preocupación en materia de salud”, señala Martin Wagner, toxicólogo de la Universidad Noruega de Ciencias y Tecnología. “Es decir, es bastante lógico porque creo que el cuerpo está muy bien adaptado para interactuar con esas partículas no digeribles”.
Wagner dice que los resultados de los análisis de Orb del agua embotellada son “un ejemplo muy esclarecedor de lo íntimo que es nuestro contacto con el plástico”.
“El plástico no tiene que viajar por los océanos y entrar a los peces para que lo consumamos”, señala. “Lo consigues directamente en el supermercado”.
La evaluación de 2016 realizada por la Unión Europea estimó que en el caso de los microplásticos consumidos con los mariscos, "sólo una fracción diminuta puede penetrar profundamente en los órganos"(4), y que nuestra exposición a las toxinas por medio de este contacto es baja.
Sin embargo, según Jane Muncke, directora general y científica principal del Foro de Envases para Alimentos, una organización de investigación con sede en Zúrich, esas estimaciones están principalmente basadas en modelos científicos y no en estudios de laboratorio.
"¿Qué significa si tenemos esta gran cantidad de pedazos microplásticos en los alimentos?", pregunta Muncke. "Hay algún tipo de interacción en el tracto gastrointestinal con estas micropartículas… ¿que podría luego hacer que se absorban los químicos y así entren al cuerpo humano?"
"No contamos con datos experimentales reales para confirmar esa suposición", dice Muncke. "No conocemos todos los químicos en los plásticos, incluso… Hay muchas incógnitas en este sentido. Eso, junto con la muy probable exposición de toda la población a este material, es probablemente el tema más importante. Creo que es algo que nos debería preocupar".
LAS GALAXIAS
Encontramos una amplia variedad de concentraciones de microplásticos en el agua embotellada que analizamos. Estas imágenes muestran una selección de filtros de laboratorio tal como se ven a través del campo blanco y negro de la aplicación Galaxy Count. Nuestro estudio identificó partículas de entre 100 micras y 6.5 micras.
HOY SE ENCUENTRAN MICROPLÁSTICOS EN TODAS LAS FUENTES DE AGUA
Entonces, ¿qué es mejor: agua embotellada o del grifo?
El estudio de agua del grifo de Orb de 2017 y nuestra actual investigación del agua embotellada utilizaron diferentes métodos para identificar microplásticos dentro de muestras tomadas de fuentes de todo el mundo.
Aun así, cabe comparar sus resultados.
En cuanto a las partículas de microplásticos de alrededor de 100 micras de tamaño, más o menos el diámetro de un cabello humano, las muestras de agua embotellada contenían casi el doble de pedazos microplásticos por litro (10.4) que las muestras de agua del grifo (4.45).
¿Pueden los consumidores del mundo tolerar el consumo de microplásticos?
“Nombre a un solo ser humano en todo el planeta que quiera tener plástico dentro de su botella”, señaló Erik Solheim, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. “Todo el mundo lo odiará”.
“Es responsabilidad del gobierno educar a la gente para que sepa lo que está tomando y comiendo”, señaló Apter, “ y cómo podemos evitar que esto continúe”.
Los diminutos pedazos de plástico suspendidos en el agua embotellada son un desafío para los investigadores y un dilema para los consumidores.
La gente “tiene derecho a recibir información exacta y pertinente sobre la calidad y seguridad de cualquier producto que consume”, señaló Lisa Lefferts, científica principal del Centro de Ciencias de Interés Público, una organización de defensa con sede en Estados Unidos. “Ya que los consumidores pagan extra por el agua embotellada, corresponde a las compañías de agua embotellada demostrar que sus productos valen el costo adicional”.