Crisis Financiera
Un Mundo Balanceándose En El Borde Financiero
Un Informe De Investigación Realizado Por: Chris Tyree, Periodista, Email, y Scott Wallace, Periodista, Email
CAPÍTULO 1
LA GRAN PREGUNTA
Para mejorar la igualdad económica mundial, e incluso sacar a poblaciones enteras de la pobreza, expertos financieros e instituciones bancarias de todo el mundo tienen sus esperanzas puestas en algo llamado “inclusión financiera”. Quieren extender el uso de herramientas financieras formales y reguladas, como cuentas bancarias, tarjetas de crédito, dinero móvil y seguro, a los dos mil millones de personas alrededor del mundo que todavía no tienen acceso a ellas.
Economistas del Banco Mundial y otras instituciones internacionales afirman que el acceso a dichos servicios juega un rol fundamental en el alivio de la pobreza extrema, al proporcionar estabilidad económica para individuos, familias, comunidades y países involucrados. Dicen que estas herramientas facilitan invertir en educación, alimentación adecuada, mejor atención médica e incluso a iniciar o ampliar un negocio. En teoría, una persona que financieramente incluida también también va a estar mejor equipada para enfrentar y manejar una emergencia financiera cuando ésta se presente.
En el año 2014, el Banco Mundial comisionó una encuesta, llamada Global Findex, para medir la salud financiera de personas y países alrededor del mundo. Entre las preguntas había un conjunto enfocado en descubrir si los encuestados podrían acceder a dinero en caso de emergencia, y si era así, cómo. Para aquellas personas que dijeron que serían capaces de conseguir el dinero, las fuentes más citadas fueron la familia y amigos, seguidos por ahorros personales.
El análisis de datos es una parte importante de nuestro proceso informativo en Orb. Para esta historia, hemos correlacionado cuatro variables —nivel de educación, ingresos, género y participación en las estructuras financieras formales— con la habilidad de una persona para encontrar fondos de emergencia. Al agregar esas correlaciones a nivel país, se estimó la proporción de encuestados de cada país que probablemente sería capaz de conseguir dinero en caso de emergencia. Luego comparamos estos números con las respuestas de Global Findex. Eso nos permitió encontrar los países con mayores discrepancias, donde los resultados predichos diferían notablemente de la mayoría de las respuestas. Basado en esto, seleccionamos cuatro países —Brasil, Camboya, Estados Unidos y Mianmar— para mirar más atentamente cómo las personas se enfrentan a una emergencia financiera. De este modo, Orb desarrolló un lente único para observar y evaluar la eficacia de la inclusión financiera como un instrumento para apoyar la capacidad de recuperación financiera y aliviar la pobreza extrema.
No importa realmente quién seas o dónde vivas, y la pregunta no es si te has enfrentado a una emergencia financiera alguna vez, sino cuando, y cuando lo hiciste, cómo la manejaste. Algunos lo describen como el momento más difícil de sus vidas, un momento que nos desafía como individuos tanto económica como emocionalmente.
CRISIS FINANCIERA
Y TU, ¿CÓMO ESTÁS?
CAPÍTULO 2
EL BORDE FINANCIERO
CRISIS FINANCIERA
Karen Oliver, de 60 años de edad, se sienta por última vez en su cómodo sofá beige. En 15 minutos, una joven y su novio se lo llevaran de su casa en West Arlington, Virginia, un próspero suburbio de Washington, DC. Karen utilizará los 200 dólares que recibirá de la venta para ayudar a pagar las cuentas médicas de su anciana madre.
En todo sentido, Karen le ha ido bien. Tiene un trabajo seguro y muy bien pagado en el gobierno federal de los EE.UU. Por años, ha ido creando un colchón de ahorros, ahorrando al mismo tiempo en un fondo de pensiones. Sin embargo, aquí está, vendiendo las pertenencias de su hogar.
¿Por qué? Porque Karen no estaba preparada para asumir las responsabilidades financieras de miembros de su familia que no fueron tan meticulosos como ella. En efecto, se ha convertido en el prestamista de dinero para el resto de su familia. Como resultado, sus ahorros se han agotado. Ahora está vendiendo sus artículos de valor para pagar por cosas que no podrá cubrir con su salario. Una emergencia propia, como un accidente o una crisis de salud, podría ponerla sobre el borde financiero, incluso después de todos estos años de buena planificación.
Si bien las emergencias financieras son causadas a menudo por problemas médicos o de salud, también pueden ser provocadas por despidos de trabajo, pérdidas materiales o una reparación costosa pero necesaria en el hogar.
A los encuestados de Global Findex se les preguntó si serían capaces de conseguir una cierto monto de dinero dentro de 30 días para enfrentar una posible emergencia. Sólo el 31 por ciento de los encuestados de Global Findex dijo que sería muy posible o algo posible conseguir el dinero si se llegaran a enfrentar a una emergencia financiera, el 22 por ciento, en cambio, dijo que sería imposible. Claramente, como población mundial nos estamos balanceando en el borde financiero.
DÓNDE ACUDIR
Se les preguntó a los encuestados: “Si pudieras conseguir el dinero, ¿dónde o cómo lo conseguirías?"
El treinta y ocho por ciento de los que dijeron estar financieramente preparados para una emergencia dijeron que acudirían a familiares o amigos y el 35 por ciento indicó que conseguirían el dinero por medio de ahorros personales. Otros citaron otras fuentes como: salarios, avance de pago por parte de su empleador, tarjetas de crédito o préstamos de un prestamista privado, casa de empeño o una institución formal.
La reflexión que surgió como resultado de la encuesta Global Findex abrió el camino, en 2015, para un proyecto iniciado por el Banco Mundial denominado Acceso Universal Financiero 2020 (UFA2020, por sus siglas en inglés). El proyecto busca ofrecerle a los adultos de todo el mundo acceso a cuentas formales y servicios de transacción, con un foco en 25 países específicos donde el restante 73 por ciento de las dos mil millones de personas “sin servicios bancarios” del mundo vive.
Bancos, compañías de tarjetas de crédito, instituciones microfinancieras, agencias multilaterales y empresas de telecomunicaciones se han unido a la iniciativa UFA2020 para ejecutar la estrategia que busca traer a los dos mil millones de personas sin servicios bancarios al redil financiero.
Como lo dice el presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim: “El acceso a los servicios financieros puede servir como un medio para salir de la pobreza. Hemos establecido un objetivo muy ambicioso: acceso financiero universal para el año 2020”.
Sin embargo, en el transcurso de la investigación de Orb sobre cómo las personas manejan situaciones de emergencia financieras, comenzamos a preguntarnos si proveer acceso a los servicios financieros es, en sí mismo, un instrumento suficientemente fuerte como para sacar a la gente de la pobreza, como sus defensores afirman.
UNA TEORÍA BANCARIA
CAUSANTES
CAPÍTULO 3
FUERA DE ALCANCE
Varios obstáculos se interponen en el camino para poder lograr con éxito los objetivos declarados por la iniciativa UFA 2020.
Mejorar el acceso a líneas de crédito formales, uno de los pilares de la inclusión financiera, puede terminar enterrando a las familias bajo grandes cargas de deuda si no va acompañado de controles a las tasas de interés y de educación financiera para los consumidores.
En países como Brasil y los Estados Unidos, el acceso al crédito ha causado un aumento significativo de deudas tanto en la clase media y como en los miembros de la población más desfavorecidos económicamente. Dicha deuda amenaza con arruinar los esfuerzos para reducir la pobreza y deja a las personas especialmente vulnerables a las crisis financieras. Incluso entre los financieramente incluidos, muchos están gastando más allá de sus medios y pocos están ahorrando dinero. Por lo tanto, cuando necesitan dinero para enfrentar a una situación de emergencia, no lo tienen.
La iniciativa UFA2020 y otros proyectos similares que “incluyen” a los ciudadanos en sistemas financieros formales se centran, en gran medida, en esfuerzos para incentivar el ahorro en algún tipo de cuenta. Se cree que tener tales ahorros mejorará de forma general la capacidad de recuperación financiera de las personas. Sin embargo, según el Banco Mundial, en realidad sólo el 22 por ciento de la población mundial está ahorrando, con o sin cuenta.
Además, un gran número de personas en muchos países en desarrollo viven ya sea en regiones remotas donde la agricultura es la actividad económica principal o en distritos urbanos marginales que carecen de servicios bancarios tradicionales donde podrían guardar sus fondos de manera segura.
Muchas de las personas sin servicios bancarios trabajan en economías informales, o “grises”, donde la mayoría de las transacciones se realiza en efectivo. Debido a que estos trabajos son “por debajo de la mesa” estos individuos carecen de documentación oficial de empleo, la cual es requerida por la mayoría de bancos para abrir una cuenta, lo que hace del acceso a una cuenta bancaria una parte del “rompecabezas” de la inclusión financiera.
Por último, la realidad es que la mayoría de nosotros somos financieramente analfabetos. De acuerdo con una reciente encuesta realizada por Standard and Poor's, sólo uno de cada tres adultos muestra una comprensión básica de conceptos financieros.
ASCENSO Y CAÍDA
Las dos compañías de tarjetas de crédito más grandes del mundo, Visa y MasterCard, han firmado como socios en la iniciativa UFA2020. En conjunto, estas compañías esperan poner tarjetas de crédito y de pago en las manos de más de mil millones de clientes nuevos. Sin embargo, la deuda causada por estas tarjetas de crédito sigue siendo una gran preocupación entre los economistas que fomentan la inclusión financiera, especialmente después de lo ocurrido en lugares como Brasil, uno de los primeros países en adoptar la inclusión financiera.
A medida que la economía en Brasil crecía y emergía una nueva clase media en los primeros años del nuevo milenio, el Banco Central de Brasil (BCB) tomó como iniciativa propia atraer a más de sus ciudadanos sin servicios bancarios al sector financiero formal. En el año 2009, el BCB puso en marcha un foro para la Inclusión Financiera en la ciudad de Salvador. En una muestra de su compromiso con estos nuevos esfuerzos para llevar servicios financieros a sus ciudadanos previamente sin servicios bancarios, Brasil se convirtió en un miembro fundador de la Alianza para la Inclusión Financiera en el año 2010, un consorcio de países afines y organizaciones bancarias tratando de alcanzar a la población sin servicios bancarios.
Como resultado de estos esfuerzos en Brasil, en el año 2014 el 68 por ciento de los adultos informó a los encuestadores de Global Findex tener cuentas bancarias o acceso a servicios financieros formales. Sin embargo, sólo el 12,3 por ciento dijo que sería “muy posible” acceder a dinero en caso de emergencia. Pero, ¿qué es lo más preocupante? Un abrumador 44,2 por ciento dijo que le sería imposible conseguir el dinero en lo absoluto. ¿Cómo es esto posible en un país que parecía ir en la dirección correcta, con un mejor acceso a los bancos y una mayor prosperidad para todos?
MONTANDO EL CICLO DE LA DEUDA
Uno de los principales culpables está presente donde mires en Brasil. En todo el país, en carteles publicitarios, vitrinas y signos, hay anuncios de tarjetas de crédito.
En el año 2009, cuando se lanzó el proyecto para aumentar la población financieramente incluida de Brasil, la clase media estaba creciendo, impulsada por salarios más altos y más oportunidades de empleo. Quienes habían vivido anteriormente con mucha moderación estaban listos para gastar en un estilo de vida más lujoso. Al presentarse la oportunidad, las compañías de tarjetas de crédito extendieron sus servicios para casi cualquier persona que los solicitara. Pero sin una educación financiera significativa para entender cómo funciona el crédito, ni ninguna regulación estricta a las tasas interés, la nueva clase media de Brasil se vio atrapada en un sin fin de deudas que batió récords, pidiendo crédito para pagar por todo, desde televisores hasta papel higiénico. La economía estaba creciendo y nadie parecía estar pensando lo que sucedería cuando hubiera que pagar las facturas. Cuando se vencieron, muchos usuarios de tarjetas incumplieron con sus pagos. Las tasas de interés se dispararon. En septiembre del 2015, la tasa de porcentaje promedio ajustable (que puede fluctuar mensualmente) en las tarjetas de crédito alcanzó un 414,3 por ciento.
De hecho, en la encuesta Findex, la mayoría de los brasileños mencionaron la deuda rotativa, usar un préstamo para pagar otro, como una de las principales razones por las que no podían acceder a dinero en caso de emergencia.
Esta falta de ahorro sumada a la deuda acumulada, tanto en Estados Unidos como en Brasil, puede ser una advertencia que merece atención dado que una historia similar está empezando a ocurrir en Mianmar, donde se han instalado más de 150 empresas de microfinancieras en los últimos años. Agricultores, obreros y propietarios de pequeñas empresas operando con márgenes muy estrechos han pedido varios préstamos de instituciones microfinancieras no reguladas. Muchos han entregado incluso la escritura de su casa como garantía para estos préstamos. Si no pueden pagar sus deudas, estos individuos y familias podrían perder el techo sobre sus cabezas.
Una vez que una persona queda atrapada en un ciclo de deuda, ahorrar dinero es casi imposible. Y cuando una persona que está pagando tasas de interés astronómicas no tiene más líneas de crédito disponible y necesita dinero para una emergencia, su única opción son los prestamistas no regulados, incluso, depredadores.
Según Douglas Pearce del Banco Mundial, los socios de la iniciativa UFA2020 se han puesto de acuerdo para dar prioridad a las cuentas de transacciones — que se pueden utilizar para realizar y recibir pagos y guardar ahorros de forma segura — con el fin de asegurarse que la inclusión financiera traiga verdaderos beneficios para quienes sirve. Sin embargo, un mayor acceso a tarjetas de crédito más la presencia de compañías microfinancieras no reguladas, o depredadoras, en los países seleccionados para expandir los esfuerzos de inclusión financiera podría abrir la puerta a problemas de deuda similares a los que han plagado Brasil. Las instituciones microfinancieras se han unido a Visa y MasterCard en la lista de socios de la iniciativa UFA2020 del Banco Mundial.
SOCIOS DE UFA2020
Acceso Financiero Universal 2020 Socios y Compromisos
Nombre del socio | Tipo de socio | Compromiso | Presencia país |
---|---|---|---|
Bandhan | Institución microfinanciera | 20.000.000 cuentas de ahorro10.000.000 clientes de crédito | India |
Banco Mandiri | Banco estatal | 50.000.000 clientes sin servicios bancarios | Indonesia |
Banco Equity | Institución microfinanciera | 50.000.000 clientes sin servicios bancarios | África |
Alianza Global Bancaria para Mujeres | Alianza financiera | 1.800.000 mujeres sin servicios bancarios | África |
Corporación MasterCard | Pagos | 500.000.000 adultos económicamente excluidos | Global |
Campaña de la Cumbre de Microcrédito | Asociación/Red microfinanciera | 53.000.000 prestatarios/familias pobres | Global |
MF CEO Working Group | Asociación/Red microfinanciera | 70.000.000 cuentas nuevas | Global |
Ooredoo | Proveedor de red móvil | 17.000.000 suscriptores de servicios financieros móviles | Argelia, Indonesia, Irak, Kuwait, Islas Maldivas, Mianmar, Omán y Catar |
Red Microfinanciera de Pakistán (PMN) | Red microfinanciera | 50.000.000 cuentas de depósito | Pakistán |
Banco estatal de India | Banco estatal | 70.000.000 clientes | India |
Telenor | Proveedor de red móvil | 110.000.000 clientes que usen sus teléfonos móviles para servicios financieros | Bangladesh, India, Mianmar y Pakistán |
Visa | Pagos | 500.000.000 cuentas de pago electrónico nuevas | Global |
WOCCU | Cooperativa financiera | 50.000.000 nuevos usuarios de cuenta (miembros nuevos) | Global |
WSBI | Cooperativa financiera | 400.000.000 cuentas de transacción nuevas | Global |
LA ECONOMÍA “GRIS”
Las favelas se encuentran por arriba y por debajo de las colinas, alrededor de ríos y bahías, habitando las tierras más marginales alrededor de las ciudades grandes y pequeñas de Brasil. Millones de brasileños de clase media y baja llaman a las favelas su hogar. Pero todas las favelas tienen algo importante en común: carecen de bancos tradicionales, con oficinas y representantes bancarios. Lo mismo puede decirse de las vastas y remotas regiones rurales de Brasil. Especialmente en las regiones empobrecidas del norte y noreste del país.
Estas áreas son básicamente desiertos bancarios.
Pero Brasil no está solo. Los desiertos bancarios son algo así como un fenómeno global.
Los bancos rara vez establecen operaciones en barrios pobres o áreas rurales remotas, para los bancos con fines de lucro hay una serie de buenas razones. Construir un banco y contratar al personal para una sucursal bancaria cuesta mucho dinero. Si la clientela es rural y geográficamente dispersa, tendrías que construir más sucursales que servirían a menos personas. Particularmente en zonas rurales, es difícil llegar a ellas por la mala infraestructura de transporte y éstas, a menudo, carecen de tecnología adecuada, lo que dificulta la transferencia de dinero. En algunos barrios marginales urbanos, la seguridad puede ser un problema adicional. Además, los márgenes de beneficio para los bancos en estas comunidades pueden ser demasiado bajos para hacer viable las operaciones. La condición económica modesta o marginal de los residentes locales hace que extender el crédito a ellos sea arriesgado. Y para colmo, muchos de los que viven en zonas rurales o en barrios de tugurios pueden no tener la documentación apropiada, como tarjetas de identificación emitidas por el gobierno, que la mayoría de los bancos requieren para abrir una cuenta.
Muchas personas que viven en zonas rurales o en las favelas y barrios de nuestro mundo trabajan en la economía informal o “gris”. Y la escala masiva de las economías grises, donde las transacciones se llevan a cabo por debajo de la mesa, representa un enorme desafío para aquellos que buscan ampliar el acceso a servicios financieros formales a las personas “sin servicios bancarios”.
En todo el mundo, el sector informal representa una gran parte de la economía en general. En el norte de África, el 48 por ciento de los empleos no agrícolas están en la economía informal. En América Latina, es 51 por ciento y en Asia, 65 por ciento. En los países en desarrollo, la economía informal contribuye hasta un 40 por ciento al PIB, según el Banco Mundial. Las personas que son parte del sector informal a menudo incluyen jornaleros, amas de llaves, proveedores de cuidado infantil y vendedores callejeros. Incluso si esta población ahorrara dinero, a menos que los bancos cambien sus políticas, estos trabajadores no serían capaces de abrir una cuenta y por lo tanto, no tendrían un lugar regulado y seguro para almacenarlo. La única manera para que ellos resistan una emergencia financiera seguirá siendo quebrar la alcancía de ahorros o endeudarse.
LOS INVISIBLES
REPROBADO
FINANCIERAMENTE ANALFABETO
Entender los conceptos financieros básicos es una lucha para millones de adultos. Mientras que la encuesta Global Findex se estaba llevando a cabo en el año 2014, McGraw Hill Financial y Gallup crearon la encuesta Standard & Poor's Ratings Services Global Financial Literacy para llevar a cabo su propio estudio. La encuesta S & P encontró que dos tercios de la población mundial es funcionalmente analfabeta financieramente hablando.
Los expertos dicen que la alfabetización financiera es un componente crítico en la expansión de los beneficios de la inclusión financiera para personas sin servicios bancarios del mundo. La alfabetización financiera básica, la comprensión de cómo funcionan las cuentas bancarias y las tasas de interés, es fundamental para usar de manera responsable el acceso a crédito proporcionado por la inclusión financiera. Sin ella, el acceso a crédito puede llevar a las personas al endeudamiento, en vez de hacerlas más resistentes y preparadas para una emergencia financiera.
Los socios financieros con fines de lucro enfatizan la publicidad de sus servicios en lugar de educar a sus clientes en asuntos financieros. En los Estados Unidos, por ejemplo, las empresas de servicios financieros gastan 25 veces más en la comercialización de sus productos que en la educación de los clientes, según la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, el organismo regulador federal creado tras la crisis financiera del 2008-09.
Hay una profunda desconexión. A menos que los ciudadanos comunes sepan cómo ahorrar dinero, invertir prudentemente y pedir prestado de manera responsable, es mucho menos probable que la inclusión financiera alcance los objetivos de la UFA2020. Muchos funcionarios encuentran especialmente problemático que un mayor acceso a crédito no venga acompañado por un esfuerzo paralelo por educar a los consumidores sobre los riesgos de las deudas.
Entonces, ¿por qué no existe un mayor énfasis e inversión en educación financiera para asegurar que este nuevo acceso a servicios financieros sea un salvavidas y no un ancla que hunde a las personas cada vez más?
PON A PRUEBA TU ALFABETIZACIÓN FINANCIERA
CAPÍTULO 4
LLENANDO LOS VACÍOS, REDUCIENDO LOS OBSTÁCULOS
LA CONFIANZA ES LA GARANTÍA MÁS IMPORTANTE
Mianmar está recién emergiendo de medio siglo de aislamiento internacional, dictadura militar y más de una docena de insurgencias étnicas. Sin un sistema bancario formal, ha prosperado una red de prestamistas informales que se estima que es tan grande como el sector formal.
Mianmar, en su gran mayoría, sigue siendo una sociedad agraria. Sólo el 20 por ciento de la población vive en grandes ciudades. La población del país también tiene una de las tasas más bajas de participación en el sistema financiero formal. Entonces, ¿cómo es que el 40,6 por ciento de los ciudadanos de Mianmar dicen que pueden conseguir fondos fácilmente en caso de emergencia?
Mianmar es un caso de estudio sobre la genialidad y creatividad de los seres humanos cuando se ven obligados a idear soluciones con recursos limitados. En Mianmar, en la ausencia de instituciones bancarias formales surgió una red de prestamistas locales informales y casas de empeño. Sistemas similares han surgido en países en desarrollo alrededor del mundo, como Camboya y Níger.
Los prestamistas de dinero ofrecen la forma más simple de obtener un crédito cuando alguien se enfrenta a una emergencia. Los prestamistas son bien conocidos en sus comunidades y ellos, a su vez, conocen bien a sus clientes y sus situaciones financieras particulares. Este conocimiento resulta clave en un sistema donde la confianza es la única garantía. Los prestamistas éticos saben cuando un cliente está buscando un préstamo demasiado grande para su capacidad de pago. Como resultado, los clientes típicamente prestan sumas modestas y sus tasas de morosidad están entre las más bajas del mundo. Pero debido a que no hay garantía, los préstamos vienen con un precio considerable, por lo general alrededor del 30 por ciento de interés al mes.
Las casas de empeño del pueblo también son una buena alternativa para quienes necesitan efectivo y no tienen banco. Como los prestamistas locales, los operadores de las casas de empeño también conocen a sus clientes. Pero como toman propiedad personal como garantía (una motocicleta, un aparato electronica, joyas de oro o incluso ropa) sus tasas de interés son mucho más bajas, alrededor del 3 por ciento mensual.
A medida que el Banco Mundial y sus de UFA2020 busquen expandir la inclusión financiera, deberían seguir el ejemplo de los prestamistas informales quienes aportan confianza y un conocimiento personal a las relaciones que sostienen con sus clientes.
LOS PRESTATARIOS
MANTENIÉNDOLO LOCAL
MANTENIENDO EL DINERO LOCAL
El Banco Palmas abrió sus puertas en 1998 en la ciudad de Fortaleza para abordar la falta de acceso financiero de familias empobrecidas del noreste de Brasil. La idea era crear un banco informal dirigido por la comunidad, para la comunidad. Aunque este “banco” no está regulado y las personas que tienen cuentas allí no son consideradas “financieramente incluidas”, fue desarrollado específicamente para servir a la comunidad, especialmente a las personas sin acceso a cuentas bancarias formales.
Los funcionarios bancarios del Banco Palmas y los organizadores comunitarios crearon una moneda local que puede ser canjeada por bienes y servicios dentro de Fortaleza. De esta manera, el dinero generado dentro de la comunidad permanece en ésta y contribuye a una acumulación gradual de la riqueza local, permitiendo a más personas acceso al crédito a precios asequibles.
El Banco Palmas ha surgido como un modelo para más de 150 bancos comunitarios que han brotado en todo el país. Banco Verde es uno de esos. Con un enfoque único, en el Banco Verde se canjea plástico reciclable por una moneda local que, como la del Banco Palmas, puede ser utilizada para obtener alimentos y otros artículos básicos para el hogar.
Los bancos comunitarios no son reconocidos como parte del sistema bancario formal. Pero el Banco Central de Brasil cree que están satisfaciendo una necesidad fundamental entre las poblaciones que siguen sin ser atendidas por instituciones financieras formales. En lugar de legislar para eliminarlos, el Banco Central de Brasil monitorea su éxito. Al proporcionar un acceso fácil al crédito a tasas de interés bajas, los bancos comunitarios le ofrecen a los ciudadanos una red de seguridad que no ha existido previamente para sobrevivir a las crisis financieras.
¿NO AHORRAS DINERO? NO ESTÁS SOLO
VACÍO
Según los expertos, tener dinero ahorrado en un lugar seguro y fácilmente accesible es la mejor manera de prepararse para una eventual crisis financiera. Sin embargo, la mayoría de la población mundial, un enorme 78 por ciento, no ahorra en lo absoluto. Aunque el 68 por ciento de los brasileños tienen cuentas bancarias, sólo el 12 por ciento tiene dinero ahorrado en esas cuentas.
Pero, ahorrar dinero no es un problema específico de países pobres o países ricos; es un desafío para las personas de todos los países del planeta. Ya sea que seas un pescador en Camboya, un plomero en Estados Unidos o un cajero en un banco de Brasil, si eres como la mayoría de los trabajadores del mundo, tienes muy poco ingreso adicional para guardar y ahorrar.
Los expertos sugieren ahorrar el 20 por ciento de tus ingresos, si es posible.
AHORRANDO
LA NECESIDAD DE MEJORAR LA EDUCACIÓN FINANCIERA
CAMBIANDO EL COMPORTAMIENTO FINANCIERO GLOBAL
Más de tres cuartas partes de la población adulta mundial no tienen ahorros en absoluto; a pesar de que el 62 por ciento tiene una cuenta en instituciones financieras formales. Por lo tanto, una cuenta bancaria no implica ahorrar dinero.
De hecho, la mayoría de nosotros estamos haciendo exactamente lo opuesto al ahorro, estamos sobrepasando nuestro crédito. Estamos asumiendo más deuda de la que podemos pagar, y luego tomamos más deuda para pagar la deuda anterior, lo que deja pocas opciones cuando surgen emergencias. Mientras que la responsabilidad financiera recae en última instancia en el prestatario, prácticamente hablando, las personas no están ahorrando y viven en en el borde financiero, por una variedad de razones económicas y sociales. Pero cualesquiera sean esas razones, la realidad es que la mayoría de las personas tienen opciones en caso de una emergencia financiera.
Esta alarmante situación está llevando a algunos economistas a pedir que se intensifiquen los esfuerzos para incluir educación financiera como un componente crítico de la campaña por extenderle los servicios financieros formales a los dos mil millones de personas sin servicios bancarios del mundo. Sin embargo, algunos estudios sugieren que la educación financiera entra por un oído y sale por el otro. Esa podría ser una de las razones por las que la alfabetización financiera recibe tan poca atención. Un reciente informe de progreso sobre la iniciativa UFA2020 emitida por el Centro para la Inclusión Financiera concluye que la alfabetización financiera está perdiendo importancia, dejando a los clientes con poca comprensión de cómo manejar sus finanzas. El Centro dice que los esfuerzos de alfabetización financiera de UFA2020 deben incluir un énfasis en consejos prácticos para buenos comportamientos bancarios.
Extender el crédito a una sociedad financieramente analfabeta puede ser como dejar al zorro a cargo del gallinero. Economistas apuntan preocupados a una rápida expansión de grandes tiendas extranjeras en Camboya, un país con sólo un 18 por ciento de adultos letrados financieramente. Las tiendas ofrecen de todo, desde arroz hasta televisiones de pantalla plana, dándole a los clientes fácil acceso a crédito para comprar artículos de lujo y dejándolos vulnerables a un potencial espiral de deudas.
En la práctica, la alfabetización financiera no es una clara prioridad para los socios de la iniciativa UFA2020. La métrica del éxito es conseguir que las personas obtengan cuentas bancarias, no educarlas acerca del uso de esas cuentas.
Además de las preocupaciones acerca de nuestra capacidad para ahorrar y nuestra educación financiera, la regulación de los servicios financieros, las tasas de interés y las protecciones de los consumidores varían enormemente. Si bien organizaciones como el Banco Mundial pueden hacer recomendaciones, los gobiernos nacionales tienen la última responsabilidad de regular los servicios financieros formales. Pero la regulación es un asunto complicado, particularmente cuando se trata de una industria en rápida evolución, con nuevas tecnologías que aceleran el desarrollo y el acceso a nuevos productos financieros.
El endeudamiento excesivo y la deuda rotativa no sólo perjudican la capacidad de una familia para superar una emergencia financiera, sino que también amenazan la viabilidad a largo plazo de los prestamistas, ya sean compañías microfinancieras, bancos o compañías de tarjetas de crédito.
El objetivo central del Banco Mundial es aliviar la pobreza extrema ayudando a las personas a lograr la resistencia financiera. Al asociar el acceso a servicios financieros con el conocimiento necesario para manejar las finanzas y las consecuencias de asumir deudas, ayuda a cualquier individuo a enfrentar una crisis financiera. La educación financiera debería ser la piedra angular de un modelo exitoso del Banco Mundial para crear sociedades financieramente resistentes.
SIN SALDO
CAPÍTULO 5
HACIÉNDOLO BIEN
Los informes de Orb han revelado preocupaciones y contradicciones de la manera en que la asociación UFA2020 está desarrollando el proyecto de inclusión financiera. Los objetivos generales del Banco Mundial de erradicar la pobreza extrema y promover la igualdad económica son loables. Su plan para proporcionar acceso a servicios financieros seguros y asequibles parece crear un camino para salir de la pobreza, al mismo tiempo que refuerza la resistencia de las personas ante crisis financieras. Pero ese camino tiene sus propios obstáculos.
Nuestra indagación plantea preguntas acerca de si el Banco Mundial y sus socios pueden alcanzar sus metas declaradas. Después de estudiar los datos de la encuesta Findex del Banco Mundial y ver específicamente dónde las personas alrededor del mundo obtienen dinero más fácilmente durante una emergencia financiera, nos dimos cuenta de que muchas de las personas que pueden obtener dinero en caso de una emergencia residen en países con bajos niveles de inclusión financiera. Muchos de esos países también se encuentran entre los más pobres del mundo. Por lo tanto, podría ser que estar “financieramente incluido”, no sea necesariamente clave para manejar una crisis financiera o aliviar la pobreza con éxito.
Brasil y Estados Unidos ofrecen casos cautelares. El acceso fácil al crédito y, en particular, las altas tasas de interés de Brasil, deja a los financieramente incluidos aún más vulnerables a las crisis financieras.
Al intentar aliviar la pobreza e incorporar a todos los adultos del mundo en la carpa de inclusión financiera, el Banco Mundial y sus asociados podrían enfatizar mejor la educación financiera y la protección de los clientes. Los socios en la iniciativa UFA2020, así como sus clientes, se beneficiarían del reconocimiento y la aplicación de los múltiples aspectos para lograr una salud financiera vibrante. Estos aspectos incluirían: acceso a formas seguras y confiables para ahorrar dinero y realizar transacciones financieras, educación financiera en torno a la gestión de cuentas y la asunción de deuda, y protecciones al consumidor y regulación cuidadosa de prestamistas y sus tasas de interés. Por último, pero no menos importante, deben encontrar maneras de imitar el toque personal y el conocimiento local que los prestamistas informales aportan a su negocio como una forma de proporcionar un control a los individuos que se podrían extralimitar financieramente.
Sólo cuando se aplique este conjunto completo de tácticas, el Banco Mundial y sus socios de la iniciativa UFA2020 tendrán éxito en aliviar la mayor de todas las emergencias financieras: la pobreza extrema.